miércoles, 20 de mayo de 2009

Entrevista con Diego Díaz, representante del Foro de Urbanismo Crítico


El Foro de Urbanismo Crítico teme que el cierre de La Vega encubra «una jugada a dos bandas de Defensa y el Ayuntamiento»


x Susana Neira (El Comercio)


-¿Les preocupa el tipo de ciudad que se construye?
-El Ayuntamiento está impulsando a la vez dos modelos que no nos gustan nada. Por un lado, el difuso, a la americana, tipo 'Los Simpson'; es decir, con crecimiento de viviendas unifamiliares. Tiene un problema muy grande: consume mucha más energía porque la gente se tiene que desplazar en coche y el entorno natural está siendo fagocitado. El otro polo sería la creación de una ciudad de rascacielos, de gran impacto visual.
-¿Cuál sería el suyo?
-La ciudad compacta, pero que no significa que sean bloques y bloques. A día de hoy no es necesario construir más viviendas, pero sí hacen falta más zonas verdes. Queremos que se puedan hacer la mayor parte de desplazamientos a pie o bicicleta, como en las ciudades europeas. Personalmente me encanta Santiago de Compostela.
-Uno de sus caballos de batalla es la recuperación del patrimonio industrial, ¿hay conciencia ciudadana?
-Me pongo como ejemplo: al principio no le daba valor al patrimonio industrial y me parecía que un monumento era una catedral gótica. Viendo ejemplos en otras ciudades, como el matadero de Madrid, reconvertido en centro cultural, o la Tate Gallery de Londres, que era una central eléctrica, aprendes a valorar. Una fábrica es una pieza histórica de un valor enorme. Al igual que la ciudad medieval es la Catedral, si uno quiere buscar la historia del siglo XIX, es fundamental estudiar la Fábrica de Gas o de Armas.
-En el caso de gas, ¿qué conservaría?
-Defendemos la preservación de todo el conjunto. Ninguna de las propuestas de Hidroeléctrica y el Ayuntamiento responden a necesidades objetivas. Es una frivolidad construir viviendas de lujo.
-Propusieron crear un centro cultural.
-Está ubicado en un lugar perfecto, formando un triángulo con el Museo de Bellas Artes y el Arqueológico. No podemos lanzar más que ideas, pero debería de abrirse un proceso participativo. Hemos detectado que en una capital autonómica como ésta no existe una sala de exposiciones grande, ni espacios para la música en directo, hay pocas salas y muy pequeñas. También podrían hacer talleres para artistas o lugares para charlas públicas.
-Respecto a La Vega, tiene cierta gracia que sean colectivos pacifistas quienes luchen ahora por evitar su cierre.
-Eso nos ha generado una contradicción enorme y no tengo miedo en asumirlo. Defendemos su reconversión a usos civiles y ya se dieron pasos, aunque fueron abortados. Según nos contaron los trabajadores, la fábrica empezó a hacer motores de aviones pero la empresa acabó con los pedidos.
-¿Qué papel están jugando las administraciones?
-Han guardado un silencio inquietante y no han demostrado nunca demasiada preocupación por conservar el patrimonio ni por poner coto a la codicia de la empresa. Está claro que las empresas presionan al poder, pero los ciudadanos también tenemos que organizarnos y presionar. Lo que nos tememos es que haya una jugada a dos bandas entre Ayuntamiento y Ministerio de Defensa.
-¿Qué usos daría a La Vega?
-Mientras haya un sólo trabajador nos oponemos a buscarle uso. Sí defendemos la utilización de los chalés como equipamientos sociales. Eso sí, hay razones suficientes para declararlo todo Bien de Interés Cultural.
-Eso no evitó el cierre de la loza de San Claudio.
-Es una auténtica vergüenza que se haya permitido un caso tan flagrante de deslocalización industrial y ni el Principado ni el Ayuntamiento estuvieran a la altura. Como asturiano me indigna que el poder público tenga ese derrotismo absoluto ante los empresarios que no crean riqueza, sino que son piratas especuladores.
-¿Cuál ha sido la mayor aberración urbanística que se ha hecho en el municipio?
-El Calatrava, por goleada. Santiago Calatrava es un arquitecto en horas bajas, cada vez más desprestigiado en los foros internacionales. No me gusta el edificio y ha sido todo muy sospechoso. Se han comprado oficinas a precio de lujo y, sin embargo, es difícil encontrar a un funcionario que hable bien del edificio. El centro comercial parece que no está funcionando y a la empresa se le regaló el terreno. Es un claro ejemplo de cuando las administraciones nos tratan de convencer de una necesidad que no existe.
-¿Pasa algo parecido con el Palacio de Justicia en El Vasco?
-Lo primero que hay que decir es el gran error de tirar la estación. Los sucesivos proyectos han sido desfachateces. Ahora construir eso allí responde más a un intento de salvar los muebles de una empresa que a una necesidad. Desde el foro creemos que el mejor espacio son los suelos de El Cristo.


Entrevista completa:


No hay comentarios: